El negocio principal de Goldman Sachs plantea riesgos éticos
La inversión privada genera comisiones por gestión estables, pero también choca con el rol del banco como asesor de las empresas estadounidenses, y de firmas de capital riesgo y hedge fund.
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El negocio más lucrativo de Goldman Sachs en este momento también es el más riesgoso desde el punto de vista ético.
Las tensiones vuelven a estar en el foco ante los problemas de la firma para adaptarse a un nuevo entorno bancario. Goldman comunicó ingresos en el segundo trimestre 2% inferiores a los de hace un año. La cifra habría sido aún peor de no ser por la división de Inversión y Crédito. Los ingresos aumentaron 16%, gracias al rendimiento sobre inversiones como Uber.
Goldman está optimizando su principal negocio de inversión bajo su nuevo CEO, David Solomon, que quiere maximizar las oportunidades con el capital privado, una industria que la empresa afirma que vale US$ 6 mil millones, y que ha crecido un 50% en los últimos años.
La inversión privada genera comisiones por gestión estables, pero también choca con el rol del banco como asesor de las empresas estadounidenses, y de firmas de capital riesgo y hedge fund.
El banco de inversión está desesperado por contrarrestar la caída de la rentabilidad en otros segmentos. Goldman reveló que había perdido más de US$ 1.000 millones sobre su negocio de préstamos al consumo y tarjetas de crédito, que sólo ha prestado US$ 5 mil millones. Goldman admitió que esto ha influido en el ROE, de un mísero 11% en el segundo trimestre, frente al 16% comunicado el lunes por JPMorgan.
El tamaño y la escala de Goldman le permiten recopilar una enorme cantidad de datos del mercado que puede utilizar para invertir de forma rentable. Durante años, ha compatibilizado las funciones de asesor e inversor sin demasiada dificultad. Los problemas han estado en los conflictos surgidos a la hora de ayudar a clientes distintos. La presión para que el negocio principal dé rendimientos implica que eso puede estar a punto de cambiar.